Patricia Vázquez del Mercado
Presidenta Ejecutiva de Mexicanos Primero
En 2019, la desaparición del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) marcó un giro drástico en la política educativa de México. Este organismo autónomo tenía el mandato constitucional de evaluar el Sistema Educativo Nacional con independencia del Poder Ejecutivo, con el objetivo de garantizar un análisis imparcial y basado en evidencia. Su disolución y el posterior surgimiento de Mejoredu como órgano desconcentrado han dejado una serie de interrogantes sobre el futuro de la mejora continua en la educación del país.
Uno de los principales efectos de la desaparición del INEE fue la eliminación de un ente autónomo con la capacidad de evaluar el desempeño del sistema educativo sin interferencia gubernamental. Independientemente de todo lo que pudo haber mejorado, y de lo que todavía falta por reflexionar sobre su impacto, a diferencia del INEE, que operaba con plena independencia, Mejoredu quedó alineado a las prioridades del Ejecutivo. Cabe destacar que desde un inicio se alertó sobre la limitación en la capacidad de este organismo para generar diagnósticos críticos o independientes.
La ausencia de un organismo independiente debilitó la transparencia de los reportes sobre calidad, equidad y desempeño del sistema educativo. El INEE coordinaba importantes estudios nacionales e internacionales como PISA, ERCE y EVOE, proporcionando datos clave para la toma de decisiones en política educativa. Con la creación de Mejoredu y su limitada capacidad presupuestal y operativa, se ha perdido la continuidad de estos análisis, lo que dificulta la medición del progreso educativo en México en comparación con otros países. Hemos perdido la película y poco a poco la historia educativa del sistema se va difuminando.
Ahora bien, con la reciente decisión de eliminar Mejoredu, surgen nuevos desafíos y preocupaciones. Entre los principales riesgos se encuentran. Primero, un vacío institucional en la mejora educativa pues Mejoredu era el responsable de diseñar políticas de mejora continua, capacitar docentes y promover la investigación educativa. Sin este organismo, no existe un referente nacional con estas funciones específicas.
Segundo, una mayor centralización de funciones en la SEP, pues al parecer, las atribuciones de Mejoredu serán absorbidas por la Secretaría de Educación Pública (SEP), lo que reduce la pluralidad de enfoques y aumenta el riesgo de politización en la toma de decisiones. Y tercero, el debilitamiento de la formación y actualización docente, pues la desaparición de Mejoredu pone en entredicho la continuidad de los programas de formación magisterial, sin abandonar la idea del impacto de la formación en los aprendizajes de las y los estudiantes.
Durante su autonomía, el INEE operaba con un presupuesto cercano a los 1,000 millones de pesos anuales, lo que le permitía realizar evaluaciones nacionales y participar en estudios internacionales. En contraste, Mejoredu enfrentó una significativa reducción presupuestaria, afectando su capacidad para continuar con varias evaluaciones fundamentales. Como resultado, la evaluación del aprendizaje y la mejora escolar han quedado en segundo plano. Del 2018 al 2025 se han asignado aproximadamente, más de seis mil millones de pesos, con datos de SHCP y con el monto deflactado al 2024. El total del monto asignado al INEE y a Mejoredu, en estos casi 7 años, representa sólo el 5% de lo que se asigna en un solo año, al presupuesto del Programa Jóvenes Construyendo el Futuro.
No hay que abandonar la conversación. El desmantelamiento del INEE y la incierta reestructuración de Mejoredu representan un retroceso en la evaluación educativa de México. Sin un organismo independiente y con recursos adecuados, se pierde la capacidad de realizar diagnósticos críticos y de diseñar políticas basadas en evidencia. En un contexto de rezago educativo en el que se encuentra México, el dedo en el renglón es y debe seguir siendo el de plantear a las y los tomadores de decisiones, sobre la urgencia sobre atender prioritariamente la mejora continua del sistema y la calidad de la educación para millones de estudiantes en el país.