Las heridas que dejó entre las mujeres legisladoras el caso de Cuauhtémoc Blanco en el Congreso quedaron abiertas por el maltrato infringido por el oficialismo que protegió a uno de los suyos, sin importar lastimar con ello a sus mismas militantes, lo que representa un parteaguas en la cohesión de Morena, PVEM y PT, ya que las descalificaciones lanzadas entre ellos, en muchos casos, incluso reflejan la inconformidad que prevalece entre los diputados y senadores de Morena.
Desde luego, a muchas legisladoras de Morena les faltaron tamaños para respaldar en el pleno con su voto su intención de rechazar la protección al deportista, ya que sólo 25 de ellas votaron en contra de la línea tirada por Ricardo Monreal. Empero, insistimos en que quedaron heridas abiertas que requieren la implementación de una operación cicatriz operada directamente por la presidenta de la República.
El caso no es menor, si consideramos que han trascendido a la opinión pública las diferencias que prevalecen entre los diputados y senadores de Morena con sus liderazgos.
Lo que subyace en estos desencuentros es precisamente que el movimiento de la 4T tiene dos cabezas, una que despacha en Palenque y otra que está en Palacio Nacional, y mientras Claudia Sheinbaum no asuma el total liderazgo del proyecto político que representa, pues seguirán prevaleciendo los vientos de guerra en el seno de Morena y en general en todo el oficialismo.
En el affaire de Cuauhtémoc Blanco y su exoneración, quedó de manifiesto la supervivencia de PRIMOR, ese amasiato que existe entre el partido oficial con lo que queda del PRI, que, sin vergüenza alguna, toda la bancada de diputados de ese partido en la Cámara baja votó para proteger al exfutbolista, sentando un precedente en otros intentos de desafuero contra senadores o diputados, como es el caso del mismo Alejandro Moreno, dirigente nacional de los tricolores.
Alito y su cofradía creen que su sumisión al régimen y traición a sus electores no va a tener consecuencias en las elecciones intermedias de 2027; empero, no les ha caído el veinte de que su extinción como partido político nacional es inevitable y tan solo será cuestión de tiempo para que ello se concrete.
Los grandes perdedores de la escaramuza que se dio en San Lázaro son la víctima de la violación en grado de tentativa, las mujeres congresistas de Morena, PT y PVEM, la Fiscalía de Morelos y la gobernadora de la entidad, Margarita González Sarabia, el PRI y, por supuesto, la presidenta Claudia Sheinbaum, quien no pudo apoyar la causa feminista que se alentó desde el Congreso para proteger en general a las mujeres contra los abusos de una sociedad machista.
La presidenta se reúne con el SNTE
Para aquellos despistados que piensan que por haberse reunido con la CNTE y concedido el congelamiento de la reforma al ISSSTE, se han vuelto los consentidos del régimen, pues están equivocados, ya que la relación de la presidenta con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) es sólida y respetuosa y ha repercutido en mejorar las condiciones laborales y profesionales del magisterio, que se verán reflejadas con anuncios importantes el próximo 15 de mayo, Día del Maestro.
El SNTE fue el primer sindicato que planteó a la mandataria federal detener la Ley del ISSSTE porque afectaba los intereses de los trabajadores al servicio del Estado y, bueno, esa petición ya se hizo realidad.
El pasado martes por la tarde, la dirigencia del SNTE, comandada por el secretario general, Alfonso Cepeda Salas, y el Comité Directivo Nacional, que representan a las 56 secciones que conforman ese sindicato, se reunieron con la presidenta Sheinbaum en Palacio Nacional, en un encuentro en donde prevaleció la cordialidad y la receptividad de la doctora a las demandas del magisterio, por lo que se comprometió a dar respuesta favorable a las principales exigencias planteadas en el Pliego Nacional de Demandas (PND).
El pasado 5 de marzo, el también senador de Morena, Cepeda Salas, se reunió en la sede central de la Secretaría de Educación Pública (SEP) con su titular, Mario Delgado, para iniciar las negociaciones y aterrizar el PND 2025 y seguir conformando el nuevo modelo educativo del país.
Hay que recordar que el PND consta de 290 peticiones, divididas en tres anexos: personal docente de educación básica, personal docente y no docente de educación media superior y superior, y personal de apoyo a la asistencia de la educación básica.
Entre las principales demandas del gremio se encuentran un “despegue salarial significativo”, entre el personal de apoyo y los docentes; el fortalecimiento del programa “La Escuela Es Nuestra”; la basificación permanente de maestros interinos, y la reactivación de las Escuelas de Tiempo Completo.
Además, el SNTE exige mejoras en las prestaciones laborales, como seguridad social con mejores pensiones y servicios médicos de calidad.