Afectaciones al comercio internacional transfronterizo
Apenas 14 días después de asumir la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump ha firmado un decreto que impone un arancel del 25% a los productos de México y Canadá, además de un 10% adicional a los bienes provenientes de China. La medida, justificada bajo el argumento de una “emergencia nacional” y la necesidad de proteger la seguridad económica de EE.UU., ha encendido alarmas en el sector manufacturero y en los socios comerciales norteamericanos.
Impacto en la industria mexicana y el TMEC
El decreto presidencial se fundamenta en la Ley de Poderes Económicos en Emergencia Internacional (IEEPA) y en la sección 2483 del Código Federal de Regulaciones de EE.UU. Sin embargo, el argumento de seguridad nacional ha sido duramente criticado por México y Canadá, que lo consideran una maniobra injustificada para imponer barreras comerciales sin una base real.
Uno de los sectores más afectados es la manufactura mexicana, particularmente las empresas que operan bajo el programa IMMEX. Estas compañías, dedicadas a la producción de bienes para exportación, podrían enfrentar serios problemas de competitividad debido al incremento en costos. Ante este escenario, expertos advierten que la medida de Trump podría traducirse en la reducción de inversión extranjera directa en México y en una diversificación de mercados por parte de los países afectados.
En cuanto al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), la decisión de la administración Trump podría poner en peligro su continuidad. A pesar de que el acuerdo cuenta con una cláusula de revisión en 2026, analistas consideran que la imposición de aranceles es una violación a los términos del pacto. La falta de confianza en EE.UU. como socio comercial confiable podría llevar a México y Canadá a buscar acuerdos bilaterales alternativos.
LA POSICIÓN DE CHINA
China, también afectada por la decisión arancelaria, ha respondido presentando un Panel de Resolución de Controversias ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). Sin embargo, el debilitamiento de los organismos multilaterales, sumado a la falta de apoyo de EE.UU. a la OMC, deja en duda la efectividad de esta acción.
La comunidad internacional observa con preocupación los efectos de esta guerra comercial, pues la imposición de aranceles contradice los principios de libre comercio promovidos por EE.UU. en el pasado. En lugar de fortalecer la industria local, las tarifas podrían encarecer los productos para los consumidores estadounidenses y desincentivar el comercio internacional.
El impacto en los puertos terrestres internacionales: el caso de PORT-LAREDO, Texas
Uno de los sectores más vulnerables ante esta guerra comercial es el de los puertos terrestres internacionales entre México y Estados Unidos, como Laredo, Texas, el cruce fronterizo comercial más importante de América del Norte.
Laredo maneja alrededor del 40% del comercio terrestre entre ambos países, y un aumento en los aranceles podría provocar una caída en el volumen de carga que atraviesa la frontera, afectando directamente a miles de empleos y empresas que dependen del comercio transfronterizo.
Daños económicos potenciales en Laredo y otros puertos
- Reducción del flujo de mercancías: Las empresas podrían optar por redirigir sus cadenas de suministro a otros países o buscar formas de evitar los aranceles, disminuyendo la actividad en los cruces fronterizos como Laredo, El Paso y Nogales.
- Pérdida de empleos locales: La economía de Laredo depende en gran medida del transporte, logística y almacenamiento. Si el comercio disminuye, cientos de empleos en aduanas, agencias de transporte y empresas de exportación e importación podrían desaparecer.
- Impacto en los ingresos fiscales locales: La ciudad de Laredo obtiene importantes ingresos por el movimiento de carga y peajes de puentes internacionales. Una disminución en el comercio impactaría directamente el presupuesto municipal, limitando la inversión en infraestructura y servicios.
Medidas para minimizar los daños en los puertos fronterizos
Para mitigar los efectos negativos de esta guerra comercial, se pueden implementar diversas estrategias:
- Fomento de la diversificación de mercados: México y Canadá deben buscar acuerdos comerciales con otros socios globales para reducir la dependencia de EE.UU.
- Fortalecimiento de los programas de facilitación comercial: Iniciativas como la prevalidación aduanera en México y la mejora en la infraestructura fronteriza pueden hacer que los cruces sean más eficientes y menos costosos.
- Usuarios del programa IMMEX y otras estrategias fiscales: Las empresas deben aprovechar los beneficios fiscales disponibles, como el diferimiento de aranceles y la optimización de procesos logísticos mediante herramientas como importación temporal- In-BOND-,
- Negociaciones locales con el gobierno estadounidense: Las autoridades de Laredo y otros puertos fronterizos pueden trabajar con legisladores en Washington para buscar exenciones arancelarias o incentivos que mitiguen el impacto económico.
- Inversión en tecnología aduanera y de transporte: Mejorar los procesos de inspección y agilizar el paso de mercancías mediante herramientas digitales y automatización podría ayudar a mantener la competitividad.
¿Un nuevo impuesto para los estadounidenses?
Uno de los puntos más controvertidos es el impacto que estos aranceles tendrán en la economía de EE.UU. En principio, los aranceles son pagados por los importadores estadounidenses, quienes, de no encontrar mecanismos de reducción de costos, trasladarán el incremento al precio final de los productos. Esto significa que los consumidores norteamericanos enfrentarán un aumento en los precios de bienes manufacturados en México y Canadá.
El propio presidente Trump ha reconocido en su red social “True Social” que los aranceles podrían afectar a la población estadounidense. No obstante, ha sugerido una posible reducción o eliminación del Impuesto Sobre la Renta (ISR) para mitigar el impacto.
Sin embargo, expertos señalan que los ingresos generados por los aranceles no serían suficientes para compensar una disminución significativa del ISR, lo que podría generar una crisis fiscal.
¿Hacia dónde se dirige el comercio en América del Norte?
Las medidas arancelarias de la administración Trump han generado incertidumbre en el futuro del comercio en la región. Si bien México y Canadá pueden buscar alternativas para diversificar sus mercados, la interrupción de las cadenas de suministro y el aumento en costos podrían desencadenar una recesión en algunos sectores industriales.
A medida que se avecinan nuevas rondas de negociaciones y posibles represalias comerciales, la pregunta que surge es si EE.UU. realmente busca fortalecer su economía o si, por el contrario, está debilitando su posición en el comercio global. Lo que es claro es que esta decisión podría redefinir el equilibrio económico en América del Norte y más allá.