La resiliencia es el proceso de adaptarse bien a la adversidad, a un trauma, tragedia, amenaza, o fuentes de tensión significativas, esto es lo que sucedió en el primer trimestre de 2025 con el comercio exterior de México, fue resiliente. En el primer trimestre de 2025, las exportaciones e importaciones de México mostraron variaciones significativas. Las exportaciones de mercancías alcanzaron 57 mil 671 millones de dólares, un crecimiento anual del 11.2 por ciento, mientras que las importaciones sumaron 57 mil 300 millones de dólares, con un aumento del 9.7 por ciento. El principal destino de las exportaciones fue Estados Unidos, seguido de Canadá y China. Los principales orígenes de las importaciones fueron Estados Unidos, China y Corea del Sur.
El crecimiento anual de las exportaciones fue de 11.2 por ciento, permitiéndoles alcanzar los 57 mil 671 millones de dólares. Los destinos principales fueron Estados Unidos, 42 mil 966 millones de dólares; Canadá, mil 389 millones de dólares, y China, 884 millones de dólares, prevaleciendo las manufacturas con 89.6 por ciento; los productos agropecuarios, 4.7 por ciento; los bienes petroleros, 3.9 por ciento y los productos extractivos no petroleros, 1.8 por ciento. Las importaciones, en cambio, sumaron los 57 mil 300 millones de dólares, con un crecimiento de 9.7 por ciento, lo que permitió alcanzar un superávit de 371 millones de dólares, a pesar de la incertidumbre de las políticas que ha establecido Estados Unidos. El origen de las importaciones provino principalmente de Estados Unidos con 19 mil 211 millones de dólares; de China, 10 mil 419 millones de dólares, y Corea del Sur, 2 mil 079 millones de dólares. Mostrando que con Estados Unidos seguimos manteniendo un fuerte superávit, y que el principal déficit se mantiene con China. En forma geoestratégica observamos que México mantiene un margen de acción en su comercio internacional, que no lo tienen otros países en el mundo y que esto reduce el efecto negativo de los aranceles establecidos por la administración Trump.
A lo anterior se suma que el esquema de producción industrial no ha decaído en la perspectiva regional en febrero del 2025, la actividad industrial tuvo un notable ascenso de 2.5 por ciento en comparación con enero, con lo que rompió dos meses de retrocesos mensuales y recuperó el terreno que había perdido en los últimos cuatro meses, muestran las cifras del Indicador Mensual de la Actividad Industrial (IMAI) dadas a conocer este lunes 14 de abril por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística. Este repunte de la actividad se reflejó también en un mejor comparativo anual, pues se observó un crecimiento de 0.4 por ciento, con lo que el indicador rompió una racha de cinco meses de retrocesos interanuales. En los datos por entidad federativa se vislumbra que ciertas actividades muestran que ciertas regiones del país mantengan su fortaleza manufacturera: Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas y Baja California en la frontera norte, uniéndose Zacatecas y Durango. La gran expectativa en el sur es que el tren interoceánico impulse el crecimiento industrial en Oaxaca.
Es momento de que se de una mayor interacción entre las entidades públicas encargadas de fortalecer el crecimiento industrial para mantener la resiliencia industrial ante la ofensiva de Estados Unidos, es momento de poner en marcha la infraestructura institucional diseñada para estos casos, especialmente en el sector financiero. Hay que bajar a NAFIN al primer piso, con un programa de fomento de largo plazo (no factoraje, que no sirve de nada) y con esquema de tasas de interés, respaldado por un fondo soberano, que favorezca la inversión y reinversión de capital en las Pymes. Es necesario que la Secretaría de Hacienda pueda impulsar con apoyo de la banca multilateral internacional, esquemas más ambiciosos de crédito de manera de que sirvan auténticamente como palancas para reforzar el desarrollo industrial a nivel regional.
La emergencia existe y por lo mismo, se requiere de una institucionalidad diseñada para estos momentos, no se puede esperar a que las cosas sucedan, se requiere de un proceso de reingeniería institucional para alistar a las instituciones a que respondan con mayor celeridad. Se requiere de una institucionalidad flexible y audaz para fomentar la sustitución inteligente de importaciones, diversificar mercados y cadenas de valor, impulsar la innovación y adopción tecnológica, promover encadenamientos productivos y desarrollo regional. Es una tarea difícil de poner en marcha, pero es lo que los estrategas militares saben diseñar en momentos de emergencias, deberíamos buscar una mayor complementariedad con Centro y Sudamérica, es momento de repensar el desarrollo de la región, y nuestro país puede impulsar este proceso. Es curioso cómo en otras regiones se buscan las complementariedades de las vecindades, como sucedió en el sudeste asiático esta última semana, y en nuestro entorno se dificulta este proceso. Requerimos innovar para salir más fortalecidos de la coyuntura por la que atraviesa el mundo.