El cardenal Robert Prevost, el primer papa de Estados Unidos en los 2 mil años de historia de la Iglesia Católica, anteriormente lideró una orden religiosa católica.
A nivel de magisterio, aunque cauto, se ha pronunciado en línea con el papa Francisco, defendiendo la idea de un clero “cercano al pueblo”, diametralmente opuesto a la figura de un “directivo” o “un gestor.
Prevost, de 69 años, quien eligió el nombre de papa León XIV, fue anteriormente el prior general, o líder, de la Orden de San Agustín, que se formó en el siglo XIII como una comunidad de frailes “mendicantes” —dedicados a la pobreza, el servicio y la evangelización. De acuerdo con Vatican News, es el primer papa agustino.
Los requisitos y el ethos de la orden se remontan al siglo V con San Agustín de Hipona, uno de los gigantes teológicos y devocionales del cristianismo primitivo.
La Orden de San Agustín tiene presencia en unos 50 países, según su sitio web. Su ethos incluye una espiritualidad contemplativa, vida comunitaria y servicio a los demás.
Un valor central en su regla es “vivir juntos en armonía, siendo de una sola mente y un solo corazón en el camino hacia Dios”.
Una orden religiosa es una comunidad de católicos —que puede incluir sacerdotes, monjas, monjes e incluso laicos— dedicada a un tipo particular de misión y espiritualidad. A diferencia de los sacerdotes diocesanos, que trabajan dentro de un territorio particular, los sacerdotes de órdenes religiosas pueden ser asignados a cualquier parte del mundo. Al mismo tiempo, pueden realizar tareas similares a las de los sacerdotes diocesanos, como ser párroco de una parroquia.
El papa Francisco fue el primer papa de la orden religiosa jesuita, y fue el primer papa en más de un siglo y medio en provenir de cualquier orden religiosa. El anterior fue Gregorio XVI, un monje camaldulense (1831-1846).