¿Tienes un momento para hablar de Cristo? Estamos en plena Semana Santa 2025, época del año en la que millones de feligreses cristianos llenan calles y templos para revivir los acontecimientos más trascendentales de su doctrina: la muerte y resurrección de Jesucristo.
Sin embargo, en medio de estas conmemoraciones, también surgen interrogantes y debates sobre la veracidad histórica de su existencia y los detalles que rodearon su trágico fallecimiento.
Como una forma de acercar la religión católica a más personas, el sacerdote y teólogo español Juan Chapa Prado se propuso responder a muchos de los cuestionamientos en torno a la vida de Jesucristo, con base en datos históricos y arqueológicos.
El resultado de dicho trabajo es el libro ’50 preguntas sobre Jesús‘, en el que colaboraron miembros del Departamento de Sagrada Escritura de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra.
¿Cómo fue la muerte de Jesús y por qué fue condenado?
De acuerdo con la obra de Juan Chapa Prado, Jesús murió en la cruz el viernes 7 de abril del año 30, durante la festividad judía de la Pascua (14 de Nisán del calendario hebreo). Esta fecha se determinó a partir de un análisis crítico de los relatos evangélicos y de referencias históricas como el Talmud.
En aquella época, la crucifixión era considerada un castigo infamante, reservado por los romanos para esclavos, sediciosos y extranjeros.
Con la consolidación del Imperio Romano en las tierras de Israel, esta forma de ejecución se utilizaba con relativa frecuencia como herramienta de control social. Por ejemplo, se estima que el procurador de Siria, Quintilio Varo, ordenó la crucifixión de más de 2 mil judíos en el año 4 a.C. como represalia ante un levantamiento popular.
¿Cómo era la crucifixión en la época de Jesucristo?
Un hallazgo arqueológico en la necrópolis de Givat ha-Mivtar, en las afueras de Jerusalén, proporcionó información concreta sobre los métodos de crucifixión en el Siglo I d.C. En el sitio se encontró el esqueleto de un hombre crucificado, con un clavo que atravesaba sus pies, lo que confirmó detalles sobre esta forma de ejecución.
Este descubrimiento ayuda a comprender el tipo de castigo que pudo haber sufrido Jesús, con la diferencia de que, según los relatos evangélicos, en su caso también fueron clavados los brazos.
El libro del sacerdote español señala que el saliente de madera debajo de la cruz servía como apoyo para los pies del reo, con el fin de prolongar su agonía y evitar que falleciera por asfixia de manera inmediata si solo se colgaba de los brazos.
¿Por qué condenaron a Jesús a la crucifixión?
Una combinación de motivos religiosos y políticos condenaron a Jesús a morir en la cruz. Las autoridades judías lo consideraron una amenaza por su enseñanza, su creciente popularidad y, sobre todo, por proclamarse “Hijo de Dios”, lo que para ellos constituía una blasfemia.
Al no tener facultades para ejecutar a alguien, los líderes judíos lo entregaron al gobernador romano Poncio Pilatos, acusándolo de proclamarse “rey de los judíos”, lo cual podía interpretarse como una amenaza al poder de Roma.
Aunque los romanos no solían intervenir en asuntos religiosos internos, Pilatos fue presionado para actuar, y al presentarse a Jesús como un posible sedicioso, optó por aplicar un juicio extraordinario. Finalmente, Jesús fue condenado a la crucifixión, una pena típica para los considerados enemigos del orden imperial.
¿Cómo se explica la resurrección de Jesucristo?
Uno de los relatos más significativos de la Iglesia Católica es la resurrección de Jesús, quien, según la tradición, resucitó tres días después de ser crucificado y se apareció a sus apóstoles.
Según el texto de Juan Chapa Prado, este acontecimiento también cuenta con una explicación desde el punto de vista histórico y teológico.
En el judaísmo del Siglo I, la idea de un Mesías que muriera y luego resucitara físicamente era impensable. Ante ese contexto, era poco creíble que los apóstoles de Jesús inventaran su resurrección, a sabiendas de que serían ridiculizados, perseguidos o martirizados.
El Evangelio de Juan menciona que el sepulcro fue hallado vacío, con los lienzos mortuorios intactos y el sudario enrollado, lo que sugiere una desaparición del cuerpo sin manipulación humana. A pesar de que se difundió la teoría de que los discípulos robaron el cuerpo —como señala el Evangelio de Mateo—, esta hipótesis ha sido descartada por los expertos, ya que el lugar estaba custodiado por guardias romanos.
El hallazgo arqueológico de una losa conocida como el “Edicto de Nazaret”, un rescripto imperial del siglo I, establece una prohibición estricta contra la profanación de tumbas. Esta medida reforzó la hipótesis de que, en ese tiempo, hubo un notable revuelo social provocado por la desaparición de un cuerpo especialmente significativo: el de Jesús.
La Pasión de Cristo no solo marcó un antes y un después en la historia, sino que sigue siendo una fuente de inspiración para los creyentes que, cada año, participan en las conmemoraciones de Semana Santa, como las de Iztapalapa. Reflexionar sobre la muerte y resurrección de Jesús implica no solo mirar al pasado, sino también comprender por qué estos acontecimientos continúan movilizando la fe y la conciencia de millones de personas.
Con información de EFE