Las vacaciones de Semana Santa están cada vez más cerca, pues ya comenzó la Cuaresma y, con ella, el aumento en el consumo de pescados y mariscos en muchos hogares; sin embargo, es fundamental asegurarse de que estos alimentos se conserven adecuadamente, ya que un mal almacenamiento puede generar problemas de salud.
Aunque el pescado es rico en omega-3, proteínas y vitaminas, las malas o bajas condiciones de refrigeración pueden provocar infecciones e intoxicaciones a las personas que lo consumen, señala el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD).
En caso del ceviche, el aguachile, tiradito de atún o los ostiones, que suelen comerse crudos y se consumen más en el verano, la dependencia remarca que hay que estos son con los que se debe tener más cuidado, pues son los de mayor riesgo, por lo que, al prepararlos, se debe cuidar la higiene y mantenerlos fríos.
“Un ceviche o producto marino crudo y listo para su consumo nunca debe sentirse tibio; si fuera el caso, no debe consumirse. La clave para no contraer una enfermedad por el consumo de pescados y mariscos es la higiene y mantener el producto siempre frío (a menos de 4 °C)“, advirtió el CIAD.
¿Cómo mantener el pescado en buen estado?
El CIAD emitió las siguientes recomendaciones para mantener los mariscos en buen estado en el hogar:
- Almacenar los productos frescos en el refrigerador o en hieleras con hielo o gel refrigerante para mantener su frío y consumirlos lo antes posible.
- Los productos congelados deben permanecer en congelación y nunca descongelarse a temperatura ambiente, pues favorece el crecimiento de bacterias.
- Si se trata de productos empacados al vacío, como lomos de atún, deben mantenerse congelados y retirar el empaque solo antes de descongelarlos.
En el caso de los comercios o en el supermercado, la dependencia emitió las siguientes recomendaciones:
- Observar que los productos se mantengan en congeladores o refrigeradores a temperaturas por debajo de los 4 grados centígrados.
- Exhibir los mariscos en vitrinas refrigeradas o sobre camas de hielo, asegurándose de cambiar el hielo al menos una vez al día.
- Mantener una estricta higiene para evitar olores y contaminación.
- Separar los productos crudos de los cocinados o listos para el consumo.
- Almacenar por separado pescados y crustáceos para prevenir problemas en personas alérgicas.
Con estas recomendaciones, podemos disfrutar de los alimentos del mar sin preocupaciones durante la Cuaresma. ¡Cuida tu salud y la de tu familia!