La ganadería de Nuevo León (NL) atraviesa una crisis económica severa debido a que, desde diciembre de 2023, el estado perdió el estatus sanitario que le permitía exportar ganado a Estados Unidos (EU).
De acuerdo con estimaciones del sector, las pérdidas anuales ascienden a 400 millones de pesos, afectando tanto a los productores comerciales como a los criadores de genética bovina.
Luis Lauro Martínez, ganadero y ex presidente de la Asociación Brangus Rojo de México, detalló que el mayor impacto se ha reflejado en la comercialización de becerros de engorda, pues aproximadamente 30 mil cabezas han dejado de exportarse cada año, generando una pérdida de 225 millones de pesos (mdp).
A esto se suma la afectación en la venta de genética ganadera, ya que NL alberga alrededor de 10 mil vacas de registro de razas como Charolais, Simbrah, Simmental, Beefmaster, Brangus y Brahman. La restricción ha limitado la movilidad del ganado hacia otros estados del país, ocasionando pérdidas adicionales de 175 mdp.
De acuerdo con expertos ganaderos, desde Coahuila, Tamaulipas, Sonora, Chihuahua y Durango sí se pueden exportar ganado, lo que les permite obtener amplias ganancias gracias a los precios históricos que ha alcanzado el mercado. En contraste, los 30 mil becerros que NL solía ofrecer a otros mercados permanecen en el mercado local, pero a precios considerablemente más bajos.
“El sector ganadero estatal ha dejado de percibir más de 400 millones de pesos debido a la falta de certificación fitosanitaria exigida por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos. Además, esta prohibición impide la venta y traslado de nuestros animales a otras regiones de México”, explicó Martínez.
Víctor Siller, consultor y asesor de productores ganaderos en la entidad, dijo que “nuestro ganado no ha registrado brotes de tuberculosis o brucelosis en mucho tiempo y, ningún animal exportado a EU ha sido detectado con este problema”.
Ambos especialistas coincidieron en que la situación se debe, en gran medida, a deficiencias en la coordinación entre las autoridades estatales y la Unión Ganadera, que no han actualizado ni completado los controles de movilidad y trazabilidad del ganado.
Asimismo, señalaron la falta de seguimiento por parte de su Comité de Sanidad, lo que ha prolongado el impacto negativo en el sector.
Para revertir esta problemática, Martínez consideró fundamental fortalecer la coordinación entre el Comité de Sanidad, las autoridades estatales y la Unión Ganadera del Estado.
“Es necesario que los organismos responsables trabajen de manera conjunta para acelerar la recuperación del estatus sanitario. La coordinación entre el Comité de Sanidad y la presidencia de la Unión Ganadera es clave para lograrlo y volver a ser competitivos”, concluyó el experto.