El flujo de efectivo es una de las métricas financieras más importantes en la gestión empresarial, ya que representa la cantidad de efectivo generado y utilizado por una empresa durante un periodo determinado.
La Norma de Información Financiera (NIF) B-2, que regula la presentación de los estados de flujos de efectivo en México, proporciona un marco esencial para entender y analizar esta métrica. Este ensayo explora la importancia del flujo de efectivo en las empresas, considerando los principios y lineamientos establecidos por la NIF B-2.
La NIF B-2 establece que los estados de flujos de efectivo deben clasificar los movimientos de efectivo en tres actividades principales: operación, inversión y financiamiento.
Esta clasificación permite a los analistas financieros, inversionistas y gestores empresariales obtener una visión detallada de cómo se genera y utiliza el efectivo dentro de una organización. Así, pueden evaluar la capacidad de la empresa para generar flujos de efectivo futuros, su solvencia y su eficiencia operativa.
Las actividades de operación incluyen las transacciones y eventos que afectan la utilidad neta, como cobros por ventas y pagos a proveedores y empleados. La capacidad de una empresa para generar efectivo a través de sus operaciones principales es un indicador esencial de su salud financiera.
Si una empresa genera suficiente efectivo de sus operaciones, es más probable que pueda mantener sus actividades sin necesidad de recurrir a financiamiento externo. Este aspecto es crucial para evaluar la viabilidad a largo plazo de la empresa.
Las actividades de inversión, por otro lado, comprenden las adquisiciones y disposiciones de activos a largo plazo. La inversión en propiedades, planta y equipo, y en instrumentos financieros, puede indicar la estrategia de crecimiento de la empresa.
Sin embargo, es importante que las inversiones se realicen de manera sostenible, sin comprometer la liquidez de la empresa. La NIF B-2 ayuda a identificar si las inversiones realizadas están alineadas con la capacidad de la empresa para generar efectivo, evitando así posibles problemas de liquidez.
Las actividades de financiamiento incluyen los cambios en el tamaño y la composición del capital contable y de los préstamos obtenidos por la empresa. El estado de flujos de efectivo muestra cómo la empresa obtiene y utiliza el financiamiento externo, ya sea mediante la emisión de acciones, el pago de dividendos, o la obtención y reembolso de préstamos. Esta información es esencial para evaluar la estrategia de financiamiento de la empresa y su capacidad para cumplir con sus obligaciones financieras.
La NIF B-2 permite dos métodos para presentar los flujos de efectivo de actividades de operación: el directo y el indirecto. El método directo ofrece una visión más detallada de las entradas y salidas de efectivo, mientras que el método indirecto ajusta la utilidad neta por los efectos de las transacciones no monetarias.
Ambos métodos proporcionan información valiosa, aunque el método directo puede ser más útil para un análisis detallado de la generación de efectivo.
La correcta aplicación de la NIF B-2 en las empresas ofrece varios beneficios. En primer lugar, mejora el análisis de la liquidez, proporcionando una visión clara de la capacidad de la empresa para cumplir con sus obligaciones financieras a corto plazo.
En segundo lugar, facilita la evaluación de la solvencia, ayudando a los inversionistas y acreedores a determinar la capacidad de la empresa para generar flujos de efectivo en el futuro. Finalmente, la planificación y gestión financiera se benefician de la información detallada sobre las fuentes y usos del efectivo, permitiendo una mejor toma de decisiones estratégicas.
En conclusión, el flujo de efectivo es una métrica esencial para la gestión empresarial, y la NIF B-2 proporciona un marco fundamental para su análisis y presentación.
La correcta implementación de esta norma permite a las empresas mostrar su capacidad de generar efectivo, evaluar su liquidez y solvencia, y planificar sus necesidades financieras de manera efectiva, contribuyendo así a su éxito y viabilidad a largo plazo.
El autor es Titular de la Comisión de Normas de Información Financiera del ICPNL – CONIF.