Este viernes, Ana María Ibarra acudió al Memorial de Benito Juárez en Guelatao, Oaxaca, donde rindió homenaje al Benemérito de las Américas. Desde este espacio simbólico, evocó el legado de Juárez como guía ética para la transformación del Poder Judicial. El prócer zapoteca colocó la educación y la libertad de pensamiento como pilares de la justicia social. “Libre, y para mí sagrado, es el derecho de pensar”, decía Juárez, recordándonos que sólo con educación, libertad y sentido social puede construirse un país más justo.
La presencia en el memorial también abrió una reflexión sobre el momento que vive México. La Magistrada recordó las palabras de la Presidenta Claudia Sheinbaum, quien afirmó que “con la Reforma Judicial, se abre la posibilidad histórica de que nuevos Benito Juárez lleguen a impartir justicia”. Ibarra recalcó que “México requiere una nueva Suprema Corte que no sea distante ni elitista, sino sensible a las necesidades de la gente y comprometida con cerrar las brechas de desigualdad, porque una corte cercana al pueblo es la única legítima”.
Más temprano, la Magistrada sostuvo un diálogo con representantes de la Barra de Abogados “Carlos Santiago Nino”. Durante el encuentro, se destacó la importancia de construir una justicia cercana, que deje atrás los tecnicismos insensibles y se enfoque en resolver los conflictos de quienes más lo necesitan. Los asistentes coincidieron en que los tribunales deben ser espacios de atención con empatía, donde las personas encuentren soluciones reales.
Las y los participantes resaltaron que el país necesita juzgadores comprometidos con una filosofía judicial cimentada en tres pilares: equidad, sentido social y responsabilidad institucional. Solo así se podrá reconstruir la confianza ciudadana en las instituciones judiciales y avanzar hacia un modelo de justicia transformador.