Madrid. – La visita sin invitación del vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, a la posesión danesa de Groenlandia en el Atlántico Norte fue un mensaje contundente del interés de la administración Trump por apropiarse, “de una forma u otra”, de la isla más grande del mundo.
Ya lo había dicho Trump: “no podemos vivir sin Groenlandia”.
Lo que iba a ser un fin de semana de diversión de la esposa del vicepresidente, Usha Vance, que acudiría a presenciar una carrera de trineos tirados por perros, se cambió por el viaje del número dos del gobierno de Estados Unidos, acompañado del asesor de Seguridad Nacional, Michael Waltz, y el secretario de Energía Chris Wright.
Aunque Groenlandia tiene un estatuto de autogobierno, es territorio de ultramar de la corona danesa, por lo que apropiarse de la isla implicaría la ruptura de la OTAN y, según analistas europeos, un pase automático para que China tome Taiwán.
La ironía del ministro de Asuntos Exteriores de Dinamarca desenmascaró la intención expansionista del gobierno de Estados Unidos, que por conducta de Vance, en la Base Espacial de Pituffik, ubicada en el noroeste de Groenlandia, reiteró sus ataques a los daneses por haber abandonado la seguridad de la isla.
“Espero que en Pituffik le hayan dado (a Vance) un brieffing que espero que se traduzca en una mayor base de conocimientos”, dijo el canciller danés, en referencia al acuerdo que UE y Dinamarca actualizaron en 2004, que deja en manos de ambos países la responsabilidad de la seguridad militar de Groenlandia.
Los cargos de los acompañantes del vicepresidente subrayan que el verdadero motivo de la visita no fue la seguridad de Groenlandia ni las carreras de trineos, sino los minerales y riquezas estratégicas sin explotar que tiene la isla: de la lista de 34 ‘materias primas críticas’, esenciales en componentes tecnológicos de defensa, elaborada por la Unión Europea, 27 los tiene Groenlandia.
El centro de estudios Taenkentaenken –danés-, Groenlandia (con apenas 57 mil habitantes), es rica en litio, grafito, tantalio, molibdeno, niobio, titanio…
Más preciso, el Servicio Geológico de Dinamarca y Groenlandia tiene registrada la existencia de seis millones de toneladas métricas de grafito natural, 36.1 millones de toneladas métricas de ‘tierras raras’ (un conjunto de 17 elementos químicos que son útiles en la fabricación de tecnología. Además, 235 Kt de litio y 106 kt de cobre).
Esas riquezas subterráneas, ahora menos difíciles de extraer por el deshielo provocado por el cambio climático, pueden ser explotadas mediante compras, como ocurre en el resto del mundo, pero no a través de la anexión del territorio a Estados Unidos, contestó el primer ministro de Groenlandia, Mute Gedege.