Humberto Leal García nació el 16 de enero de 1973 en Monterrey, Nuevo León, pero la búsqueda del sueño americano lo llevó a vivir en Estados Unidos, donde también terminaría muriendo tras recibir la inyección letal.
De acuerdo con Texexecutions, el caso de Humberto Leal García es emblemático en la historia de la justicia penal estadounidense y el derecho internacional. Su ejecución en 2011 generó debates sobre el cumplimiento de tratados internacionales y la protección de los derechos de los ciudadanos extranjeros en Estados Unidos.
Tras el caso de José Ernesto Medellín Rojas, que derivó en la demanda ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), conocido como caso ‘Avena’, el de Leal García también entró en ese paquete de quejas en las que el Gobierno de México acusó que 51 de sus ciudadanos habían sido condenados a muerte sin haber sido notificados que podían acudir a su consulado.
La ejecución de Leal García en 2011 representó una segunda violación directa de la sentencia de la CIJ.
¿Por qué fue condenado a muerte Humberto Leal García?
El 21 de mayo de 1994, a menos de un mes de que se inaugurara el Mundial en EU, Humberto Leal, de entonces 21 años, acudió a una fiesta al aire libre en San Antonio, Texas.
Murderpedia relata que en esa misma celebración se encontraba una menor de edad, identificada como Adria Sauceda, de 16 años, quien, según testigos, se había intoxicado, por lo que varios hombres abusaron de ella.
El mexicano se ofreció a llevarla a su casa, pero la joven nunca llegó. Su cuerpo fue encontrado tiempo después con huellas de violencia y severa agresión física.
La información recopilada en aquel entonces arrojó que el cuerpo de Adria fue encontrado en un camino de tierra. La habían golpeado con un trozo de asfalto de unos 14 a 18 kilos, además que un palo roto le fue clavado en sus genitales y le hallaron marcas de mordeduras en el pecho, cuello y mejilla.
Como hubo testigos que vieron a Leal irse con la joven, la policía lo interrogó y allanaron su casa, donde encontraron una blusa de la adolescente, la cual tenía manchas de sangre, cabello y fibras.
Asimismo, en la ropa interior de Leal los policías encontraron sangre y otros fluidos, así como sangre en la puerta del copiloto y en el asiento de su auto.
¿Cómo fue el homicidio de Adria Sauceda?
Una vez detenido, Humberto Leal relató que estaba con la joven en su auto cuando ella lo golpeó mientras manejaba, por lo que chocó contra la acera. Según él, intentó calmarla, pero ella saltó del auto y escapó y tras esperarla 15 minutos se fue a su casa.
Sin embargo, el hermano de Humberto, quien el día del homicidio acudió al lugar de la fiesta a investigar qué había ocurrido, declaró lo que el propio Humberto le relató, según recopiló ClarkProsecutor.
Ante esto, la policía le pidió a Humberto que hablara con la verdad, porque su hermano ya había declarado. Fue entonces que relató lo que en realidad había sucedido.
El mexicano afirmó que siguió a Sauceda cuando ella salió del auto, al ser alcanzada, la joven lo atacó y él la empujó, cayendo al suelo sin poder levantarse.
Humberto contó que intentó despertarla pero no pudo y al ver que salían burbujas de sangre de su nariz se asustó y se fue. Aseguró que llegó a su casa, se puso a rezar y le ‘soltó la sopa’ a su familia.
Las controversias legales del caso de Humberto Leal
En 1995, Leal fue condenado a muerte. Su defensa argumentó que la falta de notificación consular afectó su derecho a una defensa adecuada, ya que el apoyo del consulado mexicano podría haber proporcionado recursos legales y asistencia que potencialmente habrían influido en el resultado del juicio, de acuerdo con una nota de la Organización de Estados Americanos (OEA).
En 2008, la Corte Suprema de Estados Unidos reconoció la obligación del país de cumplir con el fallo de la CIJ, pero señaló que correspondía al Congreso promulgar la legislación necesaria para hacerlo efectivo. A pesar de los esfuerzos, dicha legislación no se aprobó antes de la fecha programada para la ejecución de Leal.
La inminente ejecución de Leal en 2011 atrajo la atención internacional. El gobierno mexicano, organizaciones de derechos humanos y el propio presidente de Estados Unidos, Barack Obama, solicitaron una suspensión de la ejecución, argumentando que proceder sin revisar el caso violaría las obligaciones internacionales de Estados Unidos y podría poner en riesgo a ciudadanos estadounidenses en el extranjero.
No obstante, el 7 de julio de 2011, la Corte Suprema de Estados Unidos, en una decisión de 5-4, rechazó la solicitud de suspensión, permitiendo que Texas llevara a cabo la ejecución. Ese mismo día, Leal fue ejecutado por inyección letal. Sus últimas palabras incluyeron una disculpa y el grito de “¡Viva México!”.
Esta es la octava entrega de los mexicanos ejecutados por Estados Unidos. En las anteriores conocimos las historias de:
Mario Benjamín Murphy Rodríguez
José Ernesto Medellín Rojas
En la siguiente entrega presentaremos el caso de Edgar Tamayo Arias.